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Cómo cuidar tu césped en época seca y mantenerlo saludable: El desafío de mantener el pasto verde en verano y otoño

Las altas temperaturas, típicas del verano y principios del otoño, pueden convertir un césped verde y saludable en un terreno seco y amarillento. Mantener el pasto en buen estado durante estos meses, los más calurosos del año, requiere más que solo regarlo con frecuencia. Es fundamental entender cómo optimizar el uso del agua, ajustar la frecuencia de riego, el corte y el mantenimiento general del jardín.

El objetivo no es solo mantener el pasto con buen aspecto, sino hacerlo de forma eficiente, evitando el desperdicio de agua y asegurando que el césped se fortalezca para soportar condiciones climáticas adversas.

 

Riego eficiente: menos veces, pero más profundo

Uno de los errores más comunes en época seca es regar todos los días en pequeñas cantidades, creyendo que así el suelo se mantendrá más hidratado. En realidad, esto hace que las raíces del pasto sean menos profundas y, por ende, menos resistentes. Lo ideal es regar dos o tres veces por semana, pero de manera profunda, asegurando que el agua llegue hasta las raíces.

El horario también es clave. Regar temprano en la mañana, entre las 5 y las 9 de la mañana, permite que el agua penetre en el suelo antes de que el sol la evapore. Si hay restricciones de riego, una alternativa es instalar un sistema de riego automático con sensores de humedad, que ajusten el consumo según las necesidades del suelo.

 

La importancia del corte: deja el pasto un poco más largo

¿Sabías que la altura del corte juega un papel crucial en su capacidad de retener humedad? Durante los meses calurosos, es recomendable subir la altura del corte a al menos 5 centímetros, ya que un pasto más largo brinda sombra al suelo y reduce la evaporación del agua.

Otro aspecto importante es evitar cortes muy agresivos: no debes eliminar más del 30% de la hoja en un solo corte, ya que esto estresa al césped y aumenta su demanda de agua. Además, es esencial mantener las cuchillas de la cortadora de pasto bien afiladas para evitar desgarrar las hojas, lo que hace que pierdan más agua y sean más propensas a enfermedades.

 

Aprovecha el propio pasto como mulch

El mulch es una excelente herramienta para proteger el césped del calor y podemos aprovechar el pasto cortado para mantener la humedad, evitar la erosión y aportar nutrientes. Para que sea efectivo, esta capa de mulch no debe ser demasiado gruesa, basta unos pocos milímetros para retener el agua sin impedir que la luz y el aire lleguen a las raíces.

 

Cuida el suelo y reduce el tráfico sobre el césped

El suelo juega un papel fundamental en la salud del pasto. Si la tierra está demasiado compactada, el agua no se absorberá correctamente. Por eso, es recomendable airear el suelo al menos una vez al año para mejorar la filtración del agua y facilitar el crecimiento de las raíces.

Durante los meses más secos, es preferible evitar el tráfico constante sobre el césped. Las pisadas frecuentes pueden debilitarlo y hacer que se vuelva más frágil. Si hay zonas de paso frecuente, una buena opción es instalar senderos de piedra o madera para reducir el impacto sobre el pasto.

Cuidar el césped en la época de verano y otoño no se trata de regar más, sino de regar mejor. Con riegos más profundos y espaciados, un corte adecuado, el uso de mulch y un mantenimiento responsable, es posible mantener un pasto saludable y resistente sin desperdiciar agua.

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